Dominguicidio

Ya no miro el reloj, siento que esta siempre en el mismo lugar, es como que todo avanzara de prisa, y yo acá, estancado en el mismo lugar.
El frío cínico es lo que me hace pensar, ¿Cuantas vidas vividas llevo acá?.
Domingo de pensar, de extrañar, de querer gritar que a veces ya no puedo más.
La tristeza gobierna mi ser desde no se cuando, llevándome a lugares sin salida con muchos cuestionamientos aun sin resolver.
No se si mi depresión o mi ansiedad juegan de titular en este letargo eterno. Toda la semana fue difícil, tuve que aceptar una pérdida, de alguien importante, alguien que me hizo sentir querido, inteligente, apreciado y podría seguir con eternos adjetivos calificativos.
Hoy llegué a preguntarme o a tener la certeza de que no se cuando fue la última vez que fui feliz, que me sentí valorado o querido. Busco en algún rincón de mi memoria, algún abrazo que me haga sentir vivo.
Una de las tantas preguntas que me hago en este estado odioso (porque aclaro que no es nada cómodo) es ¿Sos tan importante como vos pensas para los demás? y es llenarme de estas preguntas en las cuales quisiera encontrar respuesta, pero es imposible.
Me siento debajo de una tormenta eterna, sin tener un lugar donde refugiarme, donde estar seguro.
Si hago una retrospección, creo que en un punto siempre me acompaño la soledad y la tristeza, que no me dejan ver o intentar recordar alguna tarde buena de domingo.
Llevo una mochila con despedidas que no quise que nunca llegarán, actitudes ajenas que solamente tuve que aceptar y no cuestionar, palabras que jamás pude decir y cada tanto siento como me quitan el aire, en fin, algo pesado que ya estoy cansado de llevar.
Es difícil convivir conmigo mismo a veces, tengo tantas  ganas de parar y de seguir o de  fugarme  por algunos siglos de mi.
No es por jugar con el papel de una víctima, pero que difícil es sentir siempre que "molestas" que nunca hay un tiempo en el cual alguien te escuche y puedas sentirte vos sin también sentirte una carga para otro.
Que triste es vivir en una sociedad donde tengamos miedo a expresarnos, a decir si me siento mal o me siento feliz por una boludes sin miedo a ser minimizado, ignorado.
Me creí el papel de amante de la soledad pero que necesario es tener a alguien que te diga: "Descansa, yo estoy aca"  pero lamentablemente yo no corro esa suerte.
En fin, un domingo, domingo que me trae a escupir acá todo lo que siento, un domingo donde la soledad, la tristeza y algún que otro fantasma se hacen carne, y duelen, duelen en todo el cuerpo. 
En fin, espero que en algún momento, los domingos dejen de ser grises y no doñer tanto...

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