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Dominguicidio

Ya no miro el reloj, siento que esta siempre en el mismo lugar, es como que todo avanzara de prisa, y yo acá, estancado en el mismo lugar. El frío cínico es lo que me hace pensar, ¿Cuantas vidas vividas llevo acá?. Domingo de pensar, de extrañar, de querer gritar que a veces ya no puedo más. La tristeza gobierna mi ser desde no se cuando, llevándome a lugares sin salida con muchos cuestionamientos aun sin resolver. No se si mi depresión o mi ansiedad juegan de titular en este letargo eterno. Toda la semana fue difícil, tuve que aceptar una pérdida, de alguien importante, alguien que me hizo sentir querido, inteligente, apreciado y podría seguir con eternos adjetivos calificativos. Hoy llegué a preguntarme o a tener la certeza de que no se cuando fue la última vez que fui feliz, que me sentí valorado o querido. Busco en algún rincón de mi memoria, algún abrazo que me haga sentir vivo. Una de las tantas preguntas que me hago en este estado odioso (porque aclaro que no es nada cómod

El corazón en la mano

Hoy con el corazón en la mano, como dice un amigo que conozco, hoy vuelvo así a mi lugar. Siento el corazón estrujado, como un simple pedazo de papel, estoy lleno de preguntas que me taladran la cabeza sin parar. Tengo estrujado el corazón y un nudo en la garganta que me provocan ganas de llorar; Pero respiro hondo una vez más e intento fingir que "no pasa nada". Me pregunto ¿Cuando fue la última vez que me sentí feliz? ¿Fui feliz alguna vez?. Es algo que no puedo descifrar y me genera una angustia monumental. Hoy con 27 años me pregunto si seré importante para alguien, si alguien piensa en mi cuando le preguntan por sus amistades. Hoy la soledad se me hace carne y me recorre todo el cuerpo.  A veces (como hoy) tengo tantas ganas de tirar los remos y escaparme de mi.  Hacia mucho que no me sentía así, tan derrotado por mis pensamientos, donde todo es tristeza y soledad. Hoy me siento tan abrumado que quisiera volver a creer en eso de que lo mejor está por venir, pero todo se

Cuerpos

Hoy vuelvo a este lugar, a este lugar donde me siento en paz, refugiado de todo eso que me aterra y me da ansiedad. Hoy lo que me invita a escribir estas letras es que falleció alguien. Alguien que murió como consecuencia de querer cumplir las expectativas de estereotipo de belleza que la sociedad enferma nos impone. Esto no distingue género, edad ni nivel social. La sociedad pide a gritos que todos debemos ser delgados, o estar “trabados” por el efecto de ser adictos a la actividad física, o a anabólicos o cualquier “polvo mágico” que nos haga desarrollar una musculatura exagerada. Esta sociedad de “cuerpos perfectos” deja muertos, enfermos de ansiedad, anoréxicos, bulímicos y depresivos por doquier. Soy una persona que sufre un trastorno dismorfico, donde siento que todo lo que come me engorda de más, llegando a odiar tener que ingerir alimentos. Empieza el calor y mi cabeza me hace sentir incomodo con cualquier prenda que use, a veces desearía poder desintegrar mi cuerpo para pod

Volví... Volvieron

Hoy, hoy vuelvo a mi lugar en el mundo, el lugar donde lo que escribo es lo que soy y a donde siempre tengo ganas locas de volver. Hoy después de 6 años, 10 meses y 27 días de ausencia, las flores volvieron a crecer. Tengo un espejo repleto de nostalgia que me devuelve esas noches en algún estadio de Buenos Aires, me hace faltar el aire. Hoy resucitan los corazones nostálgicos del Piberio Bionico porque estamos vivos y hay revancha. Hoy vuelvo a mi lugar,este lugar, que es testigo de amores, tristezas y glorias para intentar poner en palabras los sentimientos encontrados de mi corazón. No existe pastillita del olvido que borre de mi memoria esas noches gloriosas en algún pogo con la sirena de fondo o Ch tocando el piano en Loca. El olvido es una fantasía, por eso jamás podría olvidarme de lo feliz que me hicieron y me hacen. En las horas más tremendas de mi vida, ahí estuvo una banda que me acompaño con música cuando no había nadie y las acuarelas se despintabam solas. Hoy hay fel

Procesos

Estoy acá, otra vez, con la mente cansada y el cuerpo también. Estoy acá, de este lado, del lado de la insatisfacción, del lado donde siempre me faltan cinco para el peso, donde por más que quiera nunca alcanza, nunca es suficiente. Tengo la cabeza llena de preguntas, preguntas que hoy ningún profesional puede contestar, donde nadie sabe una respuesta que me pueda calmar la ansiedad. Estoy cansado de remar, de remar en dulce de leche, de soportar, de soportar el proceso de "estar bien". Me pregunto cuando va a ser el día en el que me vuelva a ver en el espejo sin odiarme, en el que no tenga que cambiarme la ropa miles de veces antes de salir porque no me siento cómodo y con la libertad suficiente de mis fantasmas. Se hace insostenible el proceso de convivir con ansiedad, con gente que solo opina sin importar. Quiero querer mi cuerpo tal y como está, pero me cuesta, me cuesta el doble, es una mochila casi imposible de llevar sobre mi espalda. Hoy quisiera que esos proce

Fantasmas

Cuando somos peques nos dicen que si nos portamos mal vienen los fantasmas a visitarnos, que si no comemos la comida, el fantasma que está abajo de la cama nos va comer, o nos va a llevar no sé dónde  si no hacemos lo que nuestros padres dicen, o ese famoso monstruo del armario no nos va a dejar dormir y que inocentes y obedientes éramos con tal de que nada nos asuste, nos dé miedo o terror. Daría lo que fuera por que esos fantasmas me sigan dando un poco de miedo hoy. Hoy yo tengo otros fantasmas, mucho peores y dañinos que esos fantasmas que nunca llegué a ver o ese monstruo que jamás salió del armario por no comer la comida que no me gustaba o mirar tele hasta tarde.  Hoy mis fantasmas tienen nombre propio, se llaman ansiedad (de a ratos la peor de todas) y otro nuevo, al que me presentaron hace poco, o mejor dicho, hace poco se apareció en el lugar donde convive la ansiedad, mi depresión (quizá ya que no existe un diagnóstico que diga que lo padezco) y se llama TDC (Trastorno Dism

Más o Menos

Me siento débil, sin ganas, me miro al espejo (espejo que si lo veo, lo evito o no quiero cruzarmelo de frente) para poder hacer de cuenta que ese miedo, ese no amor  hacia mi mismo, no existe. Otra vez esa sensacion, esa sensacion de rechazo, de "no quererme". Que dificil pelear, pelear con estos fantasmas que desde mi adolescencia me persigen, no me dejan en paz, nunca se van del todo, siempre estan ahí, para hacerme caer, de ese infierno del que crei haber salido ileso, y jamas pense que podria volver. No le deseo a nadie, jamas, tener rechazo, rechazo a la comida, comer y comer con culpa por mas minima que sea esa porcion. Nadie se merece tener que odiarse, odiar su ropa, sentir que nada le queda bien, que los talles grandes para que la ropa este suelta es la mejor solucion. Vivimos en una sociedad llena de estereotipos donde si sos flaco, flaca tenes todo para "ganar" nos hacen creer como que si nuestro cuerpo no cumple con ciertas "medidas" estamos f