Víctimas y ¿victimarios?

No sé que es lo que me lleva a escribir estas lineas, no se si es la fiebre o un sincericidio del corazón. Amar, querer, gustar de alguien nos hace indefensos, le da al otro el poder de saber que nuestros insomnios llevan su nombre, que de a poco se van adueñando de nuestro corazón, de esas emociones que están dormidas pero que con palabras lindas y detalles salen a la luz. Cuando amamos/ queremos a alguien nos entregamos por completo, sin pensar... Sin pensar que amar completamente a alguien puede traer consecuencias. Pero al momento de amar no nos fijamos en eso. Amamos sin pensar. Cuando amamos y de (verdad) amamos a la persona con sus miedos, inseguridades, errores, nos hacemos una invitación  atrevida a su infierno y nos hacemos amigos acérrimos de sus demonios.
Cuando amas te olvidas de tus propios miedos por un momento, para poder calmar los ajenos y así poder lograr una convivencia en paz entre el cielo en el que estas y el infierno que llevas.
Amar es creer que es un nosotros, cuando quizá, sea un vos. Siempre dar duele, nos desgasta, pero que importa eso, si a la otra persona dentro del desastre que somos le hacemos un poco de bien. Capaz pierda el hilo o la inspiración al escribir esto, pero es lo que soy, lo que siento hoy. Cuando de verdad amamos somos lo más sinsero y transparente que existe, somos "Naturales" donde quedan a la vista nuestros sentimientos más sinceros. Toda etapa de enamoramiento es hermosa, afuera puede haber un día súper gris que nosotros vamos a buscar atrás de las nubes ese rayo de luz.
El problema es cuando esa etapa se termina, sea de una parte o de la otra... Duele asumir la derrota, nos volvemos víctimas de nuestras decisiones, y alegamos que "sabiamos que esto iba a pasar". Somos victimas de un final abrupto, inesperado. Seguimos amando a nuestro victimario, no se hasta cuando. Amamos con rabia y tristeza por que nuestro corazón no asume que todo terminó. Rusucitemos ese amor en alguna cancion, en alguna foto por favor, ya sea por mi o por los dos.
Ojalá nunca me toque ser victimario sabiendo cuanto duele ser una víctima.

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